Reflexión personal
A lo largo de la vida, muchas veces creemos que comunicarnos bien es solo hablar mucho o saber convencer, pero en realidad, la comunicación asertiva va mucho más allá. Se trata de encontrar un equilibrio entre lo que sentimos, lo que pensamos y cómo lo expresamos, sin lastimar a los demás ni quedarnos callados cuando algo nos molesta. En el trabajo, esta habilidad es clave, porque convivimos todos los días con personas diferentes. Al reflexionar sobre esto, me di cuenta de que una sola palabra dicha con respeto puede evitar muchos problemas, y que aprender a comunicarnos bien también es una forma de crecer como personas.
Tema 1: Cómo influye la comunicación asertiva en el ambiente laboral
La forma en que hablamos afecta directamente el clima del lugar donde trabajamos. Si usamos un lenguaje respetuoso, claro y directo, las relaciones entre compañeros mejoran, hay menos tensión, y se trabaja con mayor motivación. En cambio, una mala comunicación puede generar desconfianza, malentendidos o incluso conflictos. Por eso, ser asertivo es una forma de cuidar el ambiente en el que pasamos tantas horas al día.
Tema 2: Diferencias entre comunicarte asertivamente y de forma pasiva o agresiva
No todas las personas se comunican igual. Algunas callan lo que sienten para evitar problemas (comunicación pasiva), y otras imponen sus ideas sin escuchar (comunicación agresiva). La asertividad es el punto medio: permite decir lo que piensas con firmeza, pero sin dañar al otro. Aprender a identificar estos estilos y cómo afectan nuestras relaciones puede ayudarnos a mejorar la manera en que nos expresamos en el trabajo.
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